miércoles, 26 de octubre de 2011

Ponentes anglosajones y el hilo conductor

Veo que los temas económicos generan mucho trabajo, así que me tengo que poner las pilas ya sí o sí con la deuda soberana, los planes de rescate, la ratio de deuda (deuda neta/PIB), las tasas de crecimiento y demás términos que hasta no hace demasiado arrinconaba en una esquina del periódico cada vez que me cruzaba con ellos.
Ayer estuve interpretando una conferencia que impartía el Chief Investment Officer de una empresa banca privada con 200 años de actualidad. Entre el público, mucha corbata, muchas canas y pocas mujeres: supongo que la mayoría eran banqueros e inversores que querían conocer las recetas de este líder de opinión para salir de la crisis en nuestro país. La presentación que traía infundía respeto:76 diapositivas de terminología financiera e indicadores económicos y decenas de gráficos de evolución temporal de dichos parámetros. Yo me había hecho un estupendo glosario de términos, ordenados por diapositiva. Cuando llegamos allí mi compañero y yo (mi compañero es un crack y un lujo trabajar con él...no digo nombres para que no se me ponga colorado) nos enteramos de que a) Ellos habían traducido ya la presentación pero nadie nos la había pasado (nos podría haber ahorrado muchas horas de búsqueda terminológica) y b) el punto a) no tenía demasiada importancia porque el ponente (inglés) tenía claro que escuchar a un señor leer una presentación en PPT es un aburrimiento y una pérdida de tiempo, porque para eso puedes pedir que te manden la presentación a casa y dedicarte a leerla tumbado en el sofá. Para él es básico que los asistentes no se vayan a casa con nada en el tintero, por lo que proponía desde el minuto 1 tener un diálogo fluido con el público, encargado de hacer las preguntas. Sudores fríos. A interpretar sin red. ¿Como se me salgan de la terminología que me he estudiado para esta ponencia qué hago? ¿Conseguiré seguir los razonamientos? La organizadora del evento se disculpó varias veces, primero por lo ardua que era la ponencia y luego por la complejidad del tema tratado. El diálogo fue intenso, en algunos momentos apasionante porque el ponente no se arredraba ante nada y lanzaba retos al público constantemente. Una mente brillante y bien estructurada, con un conocimiento profundo de la situación económica de los distintos mercados y sobre cómo están interrelacionados. Trata de vendernos su realidad: los indicadores económicos no sirven de nada para predecir la evolución de la economía: mejor utilizar su modelo multivariable que no saben realmente por qué funciona, pero funciona, según el análisis a posteriori de la evolución de la economía en los últimos 100 años. La interpretación es difícil, muy difícil, porque hoy mi mente no está todo lo rápida que debiera para seguir la tremenda velocidad que imprime a su discurso. He perdido cosas, lo sé, pero he disfrutado. Por qué, porque era un ponente espectacular, con un discurso bien elaborado, bien hilado, con un claro hilo conductor en su argumentación. Yo de mayor quiero ser orador anglosajón. Es un tema al que dan mucha importancia en la escuela y durante toda la vida académica, y que creo que aquí dejamos demasiado de lado. Prefiero mil veces interpretar a alguien así que interpretar a alguien que balbucea ideas y las suelta sin ningún elemento aglutinador. Ahí ni aunque seas la reina de la interpretación es posible elaborar algo lucido y mínimamente coherente.

Aprovecho para incluir aquí un consejo dado por mi compi de cabina y que trataré de recordar siempre:
Nunca, nunca, nunca dejar una frase a medias. Cerrarla como sea. Era algo que tenía hace tiempo en mente, pero después de ver a alguien dejar cada frase tan bien apuntalada y tan redonda va a ser un firme propósito para mis próximas interpretaciones. Aparte de mejorar mi vocabulario económico, claro!

viernes, 21 de octubre de 2011

Como en el plan ADO, con himno de España y todo

Otra interpretación más para la mochila, llena de anécdotas y momentos para recordar. Vamos, que tranquilamente daría para 3 o 4 entradas del blog, pero tampoco me voy a pasar que luego si me pongo el listón muy alto me va a dar pereza y no voy a ser capaz de darle continuidad a este proyecto.
La interpretación de ayer y antesdeayer surgió, como casi siempre, de manera inesperada. Llamada la tarde anterior, tienen el programa del congreso pero no tienen documentación adicional, tema del ámbito económico desconocido para mí, dudo si tirarme a la piscina o quedarme en el borde tomando el sol esperando las condiciones sean más propicias para dar el salto...al final viene por detrás mi compañera de cabina y antes profesora que me da el empujoncito que necesitaba. ¡Y cómo me alegro de haberlo hecho!

Creo que la situación que viví es bastante típica; congreso internacional pero con asistentes fundamentalmente hispanohablantes menos 3 o 4 extranjeros (un ponente y un par de asistentes), que en la segunda jornada optaron por hacer mutis por el foro y (¡quién sabe!) acercarse a ver el museo del Real Madrid, aprovechando que les pillaba a mano. Conclusión: 6 horas por delante para interpretar para las paredes o, mejor dicho, para nosotras mismas. Supongo que si hubiésemos estado una semana entera ahondando en el tema y preparando glosarios nuestro orgullo se habría visto ciertamente resentido, pero con tan poca antelación y tan poca documentación nos dio tiempo a estudiar el tema demasiado por encima para lo que me habría gustado. Así que, en esa situación, fue realmente un placer recibir un salario por poner a prueba nuestro buen hacer y nuestra entereza (algunos ponentes leían los discursos que habían escrito otros a una velocidad meteórica), por aprovechar los turnos del compañero para completar los glosarios sobre el tema, harto complejo (como todo lo económico), y para confraternizar con la compi de cabina, que también está muy bien. Después de tantos años como traductora autónoma, en los que si no tecleas no cobras ni un real, me sentí por unas horas como una becaria del plan ADO (el que prepara a los deportistas olímpicos) a la que se le paga por entrenar, con himno de España y todo al principio y al final de las jornadas. Eso sí, nostras mantuvimos la compostura y no abandonamos la cabina en ningún momento, cumpliendo siempre con lo pactado con el cliente. Dimos lo mejor que teníamos de nosotras como si la comunicación de la sala entera dependiese de nuestra interpretación. Eso es lo mejor por esta vez: entrenar en una situación real, no en tu casa donde la tentación de darle a la tecla del "pause" del vídeo que te has puesto para practicar es demasiado grande.
El congreso estuvo curioso...sorteo de botellas de ron, vídeos de la bruja Iris,....pero eso ya se sale del tema que quería cubrir en esta entrada. Espero que venga otra interpretación pronto...¡sólo han pasado 24 horas y me está entrando ya el mono de más!

domingo, 9 de octubre de 2011

Todo lo que puede salir al revés....acaba saliendo

Quién me iba a decir a mí que acabaría escribiendo un blog, y mucho menos un blog sobre interpretación. Pero es que la vida me lo ha puesto en bandeja. A ver, a modo de orientación, yo llevaba 7 años trabajando como traductora autónoma en un rincón de mi casa cuando volvió a renacer en mí el gusanillo de la interpretación. Tuve la suerte de encontrar un centro estupendo donde realizar un curso presencial de interpretación consecutiva y simultánea de 1 año de duración que me permitía compaginar la traducción con esta nueva faceta profesional. Bueno, donde digo un centro estupendo me refiero a un centro bien dotado tecnológicamente y a una excelente profesora, intérprete en activo. ¿Y eso de excelente, a qué viene? ¿Lo de interpretar no es cuestión de practicar y practicar teniendo de telón de fondo eternos discursos de la OTAN o exaltadas intervenciones en el Parlamento Europeo? Para nada. Hoy, que acabo de terminar mi primera experiencia profesional en verdadera soledad, me he dado cuenta más que nunca que el 75% del trabajo de intérprete se realiza fuera de la cabina. Y para este trabajo previo y posterior es para el que mi profesora prepara como ninguna (sin obviar sus dotes innatas como intérprete). En primer lugar nos inculcó la necesidad de prepararse la interpretación a fondo. Prepararse significa buscar información sobre el evento en el que vayas a desarrollar su trabajo, el lugar donde se va a celebrar (un colegio privado en mi caso con unas instalaciones para quitarse el sombrero), y sobre la ponente. La búsqueda ha de ser exhaustiva, aun a riesgo de resultar repetitiva. Sólo en casos así uno se da cuenta de que el nombre del ponente que la agencia le había facilitado (Pepita Pérez, que en Google aparece como eminente psicóloga educativa) es incorrecto, y la ponente en realidad se llama Juanita Pérez, con un perfil casualmente similar a la mencionada Pepita pero con una trayectoria completamente distinta. ¡Menos mal que cotejé el nombre que me había facilitado la agencia con lo que aparecía en el anuncio de la charla en la web del colegio!. Gracias a eso pude hacerme en internet con 2 vídeos larguísimos que contenían sendas ponencias sobre básicamente los mismos temas que se iban a tratar en la jornada de hoy: el uso de la tecnología en las aulas, en especial de los teléfonos móviles, y lo obsoletos que resultan los exámenes de respuesta múltiple con plantilla ("bubble tests"). Y es que, realmente, después de verle la cara a la ponente, escuchar su acento y conocer su trayectoria y los temas que más le interesan uno como que va dejando un rastro de nervios según se acerca al lugar de la interpretación y se ve inundado de tranquilidad. Ni siquiera el que el técnico diga que a las 9 está allí y que sean las 11 y no haya aparecido logran minar mi estado de ánimo. Yo pedí ver la cabina y hacer una prueba de sonido en cuanto llegué; si el técnico no aparece ya no es problema mío. ¡Ah! Y no hay que olvidar nunca llegar con muuuucho tiempo. A mí me habían dicho que empezaba a interpretar a las 11 y media, pero visto que el lugar me era totalmente ajeno y que para llegar necesité coger 2 metros y un autobús interurbano que puede verse afectado por los atascos de un viernes por la mañana (paso de coches en hora punta), decidí llegar allí con 1 hora y pico de antelación. Estupendo, porque la directora del centro contaba conmigo a partir de las 11 (no las 11:30). Gracias de nuevo profe por hacer tanto hincapié en la importancia de ser prevenido y llegar con tiempo. Si llegas tarde, la has cagado con todas las letras, no hay medias tintas en este negocio, y no están los tiempos como para cabrear al cliente por no haber salido de casa media hora antes.

Pues después de tener en cuenta todos estos factores claves para el éxito de la interpretación propiamente dicha, llega el momento de interpretar. Los auriculares son demasiado sencillos, ya me avisaron, hay que presionar continuamente para que cubran la oreja y mi voz no tape la del ponente, pero no pasa nada. Estoy tranquila, porque he entrado a la cabina y lo que veo me resulta familiar....¡estupendo! es el mismo tipo de consola que aparece descrito en este vídeo de mi profe y ahora compañera. ¡Gracias, gracias de nuevo! Así que nada, como estoy yo sola para las 3 horas de simultánea, no me tengo que preocupar por lo que hace un posible compañero en el asiento de al lado. Pulso el botón de MICRO, se enciende la luz roja en el micro, compruebo que es el canal adecuado (en un debate bilingüe es fácil equivocarse de idioma/canal sin darse cuenta) y...here we go!.

Como los futbolistas tras las vacaciones...en la pretemporada no se está todo lo en forma que sería deseable, pero se afronta la temporada regular con muchísimas ganas de recuperar la forma y de ponerse a tope para los nuevos retos que tenga que afrontar en un futuro, que...¡espero que sean muchos!

Anda, pues ya está, mi primera entrada de blog.